Archivos mensuales: marzo 2011

No a nosotros

Salmo 115: 1

No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros,

sino a tu nombre da gloria

por tu misericordia, por tu verdad.

Mi ojo cayó sobre este versículo y me detuvo. «No a nosotros…, sino a tu nombre.» ?De verdad quiero eso? me pregunté.

?Cuánto hago yo en el día para glorificarme a mí? Cuando la ayudé a mi mamá, cuando le sonreí a mi hermano, cuando le di un consejo a mi compañera de clase, cuando oré por mis compañeros de trabajo, cuando le di un folleto al chofer del camión…  ?Porqué lo estoy haciendo? ?De verdad es para glorificar a Dios? ?O es para mí?

Revisemos nuestros motivos hoy. Que Dios nos ayude a sólo glorificarlo a Él. Que nos use para glorificar a su nombre, no a nosotros.

De Él

Romanos 14:8

Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos del Señor somos.

?De verdad sabemos esto?  ?Cuántas cosas hago yo consciente de que soy del Señor? ?Seguiría mi vida igual si yo siempre me acordara de que soy del Señor? (Nota: «Señor», es decir, él manda. Yo sirvo.)

iSoy del Señor! Silencia toda queja

y da descanso al afligido ser.

Rendido a ti, oh Padre, tu hijo acepta:

«Es lo mejor tu voluntad hacer.»

Lottie Moon

Sí… me tardé ne nuevo. Lo siento. 😦

Lottie Moon, nació en 1840 en Virginia, Estados Unidos. Misionera en China. Pertenecía a una familia adinerada de Virginia y recibió una buena educación. En 1861 se graduó con una Maestría en Artes, siendo una de las primeras mujeres del sur de Estados Unidos en obtenerla.

Su hermana Edmonia Moon viajó a China como misionera en 1872, y el año siguiente partió Lottie, a los 32 años.

En Tengchow comenzó una nueva vida, tratando de integrarse a esa cultura distinta, adoptando el idioma y las costumbres locales. Enseñó en una escuela para niñas. Pero las grandes necesidades físicas y espirituales que padecían los chinos, le hizo escribir cartas en las que detallaba la cruda realidad y pedirles ayuda para continuar su obra misionera.

En Virginia, se organizó la Unión Femenil Misionera, que era un grupo de dinámicas mujeres, que se fijó como meta recaudar fondos como ofrendas para ser enviados a los misioneros de China.

Pasaron varios años de sacrificios, servicio y amor, compartiendo su comida con las hambrientas hermanas chinas, lo que hizo que esta abnegada mujer bajara de peso y se enfermara. Habían pasado 39 años y un 24 de diciembre de 1912 Lottie Moon murió, habiendo consagrado su ejemplar vida al llamado misionero.

 

Los Saduceos y los Apóstoles

Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública. Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida.  Habiendo oído esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Hechos 5: 17-21

A ver, los líderes religiosos agarran a los predicadores y los meten a la cárcel – a la cárcel. Pasan una noche fea y desagradable allí, y un ángel los saca. Luego, les dice que por favor regresen al templo a predicar.

Piénsalo.

Piénsalo.

?Qué hicieron? !Fácil! Regresaron al templo a predicar. Sí. Porque Dios les dijo, y no les importaba que los hecharan a la cárcel. Ellos obedecieron. La obediencia a Dios era su vida.

En mi vida, ?es normal obedecer? ?Obedezco cómo, cuándo y dónde se me manda? Ellos obedecieron hasta el punto de sacrificar sus vidas. ?Hasta qué punto estoy dispuesta a sacrificar yo? ?Hasta qué punto estoy dispuesta a obedecer?

 

Todo para mí

Cristo es todo para mí, en calma y tempestad;

Él es mi gozo, vida y paz, camino y verdad.

y cuando mi alma triste esté,

su gran consuelo yo tendré.

Es siempre el mismo amigo el Señor Jesús.

 

Cristo es todo para mí en prueba y tentación;

en su poder yo venceré la fuerza de Satán.

En tiempo de debilidad

encuentro en Él seguridad;

es siempre el mismo amigo el Señor Jesús.

 

Cristo es todo para mí; disfruto de su amor.

Feliz en Él no temeré, me cuida el Señor.

Y cuando en valle oscuro esté,

confiadamente yo andaré;

es siempre el mismo amigo el Señor Jesús.